Dentro de la iglesia de Santo Domingo veremos una puerta, que claramente no corresponde al lugar y que es la puerta de acceso al edificio del antiguo Ayuntamiento, del siglo XIX. Por tanto, del tiempo de María Rosa Molas.
Cuando se derribó se conservó y se colocó en este lugar que se recuperó como museo histórico de la ciudad.
Como estamos haciendo la ruta de la Madre, una vez dentro de la iglesia, podemos pasar por esta puerta para salir a la calle de la Vall y de aquí a la calle Moncada para visitar el lugar de la escuela pública y primer colegio de las Hermanas.
Seguimos sus pasos, su experiencia vital, buscar en todo el bien de los demás, nunca su propio interés. Son sus palabras: buscar el bien de los pobres y la gloria de Dios.
Un poco de historia
Iglesia de Santo Domingo, siglo XVI. Es de una sola nave sin crucero con capillas laterales situadas entre los contrafuertes. Destaca la portada decorada por esculturas de gran calidad, que fueron descabezadas el siglo XIX.
En el interior de la iglesia, encontramos varios elementos que no formaban parte del conjunto original, procedentes de la desaparecida Casa de la Ciudad. Presidiendo la nave central vemos el armario del antiguo archivo de Tortosa. Y empotrada en el muro interior de la actual salida hacia la Plaza Mossèn Sol encontramos la portalada del estudio del antiguo ayuntamiento, correspondiente al edificio construido en el siglo XVI en la calle Ciudad, que fue derribado en 1915.
Desde 2008, este edificio acoge el Centro de Interpretación del Renacimiento.
Más información: Reials Col·legis de Tortosa i Centre d’interpretació del Renaixement
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Una pregunta
¿Cuántas veces atravesó María Rosa esta puerta? ¿qué asuntos la traían al ayuntamiento? ¿Qué intereses?
En la Casa de Misericordia se acogen los niños abandonados. Muchas veces los dejan aprovechando la oscuridad de la noche. Por la mañana la Hermana que abre la puerta se encontrará con el bebé. Esta escena se repite muchas veces. La Casa pagaba a Amas de Cría para alimentar a estos bebés. Madres de niños en lactancia que daban parte de su leche a otros niños. Para eso tenía un presupuesto el ayuntamiento. Pero pasaba que a veces no pagaba. Y las madres amenazaban con abandonar a los niños. María Rosa no puede consentirlo. Va y viene al ayuntamiento de Tortosa. Habla, reclama, protesta, hasta que consigue algo de dinero para pagarles. María Rosa da la cara con gusto, no por ella sino por esas pobres mujeres de Jesús que no saben defenderse.
En ruta
Antes de seguir, nos detenemos en la calle de la Vall, que ocupa parte del curso de la riera del Rastre, que llenaba su caudal cuando llovía poniendo en peligro las casas vecinas. En una de esas ocasiones dañó la pared del hospital que mira a esta calle, y que queda ahora a nuestras espaldas, de tal modo que hubo derrumbes y tuvieron que desalojar el hospital, trasladando temporalmente los enfermos a la Casa de Misericordia de Jesús. Pensemos en todas las dificultades que eso supondría y como las Hermanas acompañarían a los enfermos y en los trabajos para hacer el traslado.
Por la calle de la Vall nos dirigimos a la calle Moncada, nº 13.
