A lo largo de los 27 años que María Rosa vivió entre Jesús y Tortosa, podemos pensar a cuántas personas debió conocer. Hombres y mujeres que se acercaron a su vida, que la conocieron, que supieron de sus convicciones y de sus planes. Fueron amigos y colaboradores de su Obra, la Consolación. Anotamos: Benito Vilamitjana, Juan Gurrera, Bruno Palau, Sebastián León, Mateo Auxachs, y tantos otros.
Y en esta calle conoció a quien fue su profesor de dibujo: Ramón Cerveto y Bestratén, pintor y escultor, padre de una generación de artistas. Tenía el taller en esta calle, en el nº 7.
En esta calle también podemos buscar el nº 10 y veremos el edificio de lo que fue el colegio de la Consolación a partir de 1886. En este edificio vemos una urna con la imagen de la Virgen de la Rosa que presidía una de las entradas a la ciudad.
Un poco de historia
El pintor tortosino Antonio Cerveto, declara en el Proceso Ordinario que la Madre “entre sus múltiples aptitudes como maestra y profesora, tenía una rara habilidad y exquisito gusto para el bordado y las labores de adorno” y añade: “recuerdo con agrado este particular, porque mi padre, que era escultor maestro de dibujo, tuvo por razón de su profesión frecuentes relaciones con la sierva de Dios”. Efectivamente, además de quedar avalado en el Proceso por el propio hijo, ha llegado por testimonios orales la noticia de que María Rosa acudía con alguna frecuencia a recibir lecciones de dibujo del insigne artista tortosino Ramón Cerveto Bestratén.
Una pregunta
¿Conoces a Ramón Vergés Pauli (Tortosa 1874-1938)? Es un periodista y escritor tortosino, autor entre otras obras, de los diferentes volúmenes que llevan por título Espurnes de la Llar. Costums i tradicions tortosines, de singular interés para la historiografía local.
En el volumen VI dedica un capítulo a cantar la obra educadora de María Rosa Molas. Recogemos tan sólo el título, traducimos del catalán: “La iglesia y la enseñanza. Un sol de gloria empieza a brillar en Tortosa y su luz es caridad y cultura: Sor María Rosa Molas”.
No es contemporáneo de María Rosa, recoge los ecos de la prensa y los testimonios orales.
En este sentido recogemos otro testimonio de la prensa local. El Dertosense (27-05-1849) comenta refiriéndose a la escuela abierta en la Misericordia:
“Lo que, sobre todo, nos ha llamado la atención es la educación esmerada que se da (…) Se enseñan toda clase de labores de mujer y, por medio de un nuevo método de lectura, tan ingenioso como fácil, aprenden a leer muchas a la vez y en poco tiempo”.
Y continúa:
“Todas las madres de familia habitantes en los arrabales, ansiosas de proporcionar a sus niñas tan buena educación, se han apresurado a mandarlas a la Casa de Misericordia; y ha sido tal la afluencia, que por no ser bastante capaz el local de la costura, se ha tenido que ensanchar agregándole otro departamento (…), al final ha sido preciso acordar que no se admitan más”
En ruta
De aquí nos dirigimos de nuevo al puente de L’Estat para encaminarnos a la Casa Madre, donde terminaremos nuestra ruta.